Uno de los planes que tuvimos la oportunidad de hacer estas Navidades fue una esquiada nocturna con cena previa incluída!
Nos juntamos un grupo grande entre familia y amigos, algo que, sin duda, todavía hizo más divertida la experiencia.
Sobre las 8 de la tarde subimos con motos de nieve y retracs hasta un restaurante de pistas. La sensación de entrar a esas horas en el bar de una estación de esquí vacío es una pasada. Además habían preparado el local de forma super acogedora.
¿La cena? Me sorprendió gratamente. A base de embutidos, pan con tomate, trinxat, risotto y sopa de primero; y raclette de segundo. Algo dulce de postre y luego unas copas para entrar en calor y bajar esquiando!
Después de ponernos morados y reírnos como nunca, tocó enfundarse las botas de esquí y empezar la aventura.
¡Con un poquito de pereza al principio pero arrancamos! Y el esfuerzo mereció MUCHO la pena!
¡Con un poquito de pereza al principio pero arrancamos! Y el esfuerzo mereció MUCHO la pena!
Aquellos no tan amantes de este deporte bajaron en motos de nieve o retrac, así que hay opciones para todos los gustos.
Se hace siempre en noches de luna llena, entre eso y las antorchas se veía perfectamente. Además tuvimos la suerte de que el tiempo se apiadó de nosotros y no fue una noche nada fría.
Gracias a los organizadores porque estuvo ¡¡¡¡genial!!!!
Que planazo!!! que bien lo pasamos!!!!!
ResponderEliminarEl año que viene repetimos!!
Lu.