Éste no es un estadio cualquiera; y es que el Wringley Field ha cumplido 100 años esta temporada y es uno de los estadios (sino el más) antiguo de la liga de baseball estadounidense.
Como en la mayoría de deportes americanos (incluso para los propios yankees) ver el partido es un plan más de todo lo que gira entorno a un evento deportivo de estas características. Cervezas, hotdogs, patatas fritas, palomitas... ¡Nadie está quieto más de 15 minutos en su asiento! Y eso que no hay tanto espectáculo como en la NBA o en el Hockey hielo. El baseball en concreto es un deporte bastante soso, en que un partido puede durar ¡más de 5 horas! Al final la gente llega y se va cuando le va bien.
¿Nuestro plan? Ir a comer allí, vivir el ambientillo, ver un rato el partido y luego, lo confieso, nos fuimos antes de que acabara.
Nosotros no tuvimos mucha suerte con el tiempo, porque hizo fresquito, pero ahora que empiezan a llegar las cálidas temperaturas ¡es un planazo!
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